Después de semanas de anti-inspiración y entradas de mierda, he decidido que dejaré de orientar mi blog a que os riáis, y más a escribir lo que me dé la gana. Lo siento.
Alguna vez habéis salido por la noche con alguien que niegue el holocausto, lleve traje y corbata y sin embargo nunca 3 euros para cenar y sepas que el 90% de cosas que salen de su boca es mentira? Yo sí.
Darío es como los bocatas de chopped popeye: sabe hacerse el interesante. Sin embargo, cuando lleves tres días seguidos comiéndolo, te das cuenta de que sólo es el sabor de la carne pasada, que realmente detrás de toda esa increíble fachada solo hay una altiva mortadela pretenciosa a más no poder.
Es bastante inteligente y gracioso. Pero es trapero hasta la médula. Da igual lo que tenga que hacer para conseguir un fin (que siempre acaba siendo sexo bizarro), lo hará: escuchará Babyshambles cuando quiera follarse a una moderna, se pintará los ojos cuando su objetivo tenga equis delante y detrás de su nick. Ha fingido ser bisexual, galés, rubio, moreno, ¿mujer?, barney stinson, y un largo etcétera de cosas. Lo malo es cuando en su carrera apresurada hacia el sida tropieza contigo y quieres abrirle la cabeza, aunque luego acabes diciendo "bueno, es darío al fin y al cabo", y le perdones.
Sin embargo, no le podemos echar la culpa de nada, pues al fin y al cabo su trastorno antiempático probablemente sea fruto de algún trauma infantil relacionado con su colegio religioso, o simplemente de este mundo de competición donde lo único que tiene sentido es saber, follar, ser más. Desde luego, él está bastante adelantado en este juego. Además, se parece a culofino. un abrazo, darío.
etiquetas: personajos
5 Comments:
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
jajaja