Dentro de unas horas (y un año más), los listones del 99% de las mujeres caerán en picado para alegría de hombres y de empresas de pañuelos que viven de los llantos de arrpentimiento. Este particular declive tiene una razón: un año más toca a su fin, al igual que la fidelidad de muchas parejas. Es Nochevieja.

Al sólo faltar 24 horas mientras escribo estas líneas, estoy seguro de que todos tendréis un plan, y los que no lo tenéis será porque o vais a estar vagando por las calles (mala idea), quedaros en casa (no tan mala idea) o porque la falta de fijación capilar os ha dejado sin amigos (os lo merecéis). Para los que tenemos un plan, lo normal es estar emocionados e ilusionados con que todo irá bien: ligaremos, el alcohol nos pegará bien, empezaremos el año con el mejor pie posible. No obstante, la verdad es que todas las fiestas de Nochevieja son la misma:

· Casa de un amigo: Al final habéis convencido a un amigo para celebrar una Nochevieja en su casa. Rompiendo la barrera de la pobreza, conseguís llegar a un MACH3 alcohólico: será la última (y quizás primera) vez del año que bebáis algo no-barato. Llamáis a un montón de amigachos y colegas (nótese la distinción, porque los colegas traerán a gente que no conocéis y acabaréis arrepintiéndoos de haberlos invitado, a no ser que traigan MUJERES), chicas menores de edad y os disponéis a hacer una increíble party hard: nadie hablara con nadie hasta que después de las campanadas empecéis a beber y todo el mundo sea simpático y nadie se dé cuenta de que en realidad en la casa no hay nada que hacer y todo es una trampa para comer bocas indiscriminadamente.

Acaba… con el amigo anfitrión arrepintiéndose de haberos invitado porque os iréis todos sin limpiar una mierda, y a cada paso se le peguen los pies al suelo. Por no hablar del vómito y lefa en la cama de sus padres.

· Discoteca: Tras ahorrar llorar a vuestros padres, os han dado los más de 40 euros que cuesta la entrada a cualquier discoteca en Nochevieja. La noche promete: DJs de nombre rimbombante, barra libre, la esperanza de encontrarse tías arregladas que por una noche no te mirarán con cara de asco… y sin embargo, nunca te paras a pensar en lo que acaba esto en realidad: que a las 2 de la mañana ya no quede alcohol, peña pegándose, tener que salvar a algún amigo del coma etílico y llevarlo a casa porque ni los taxis quieren hacerlo, liarte con una tía y que cuando te despistas se vaya al baño con otro tío, etc.

Acaba…con suerte, contigo cagándote en Dios por haberte gastado tanta pasta para no pillar y tener resaca. Sin ella, con un par de moratones en la cara y la pota de un amigo en la chaqueta de traje que pensabas devolver a Zara el día 3.

· Concierto/rave: Llevas siendo alternativo todo el año (o no), así que el último día no puede ser menos. Te cagas en discotecas y otros eventos que el status quo utiliza para esclavizar las mentes de la juventud más pánfila, y te diriges a tu festival o concierto más cercano. La buena música te hace moverte una vez más, y no hace falta que compres hielo para el calimocho porque con el frío que hace ya basta. Además las tías que hay por aquí son de tu rollo y eso debería facilitarte las cosas. Pero hay algo que quizás hayas olvidado de otros años: a los grupos que toquen los habrás visto otras mil veces, el calimocho es una bebida horrible para un día medianamente especial como Nochevieja y lo peor, lo que intentas que tu cerebro olvide día tras día: las tías de tu rollo son feas, y ya que todas tendrán el listón bajo podrías haberte ido a una discoteca a por las pijas. El año que viene será.

Acaba…contigo a las 2 de la tarde del día 1 de enero en un descampado mal llamado zona de acampada rodeado de punkis bebiendo calimocho con cristal, mientras esperas con mucho frío a que a alguien que conozcas se le pase la mierda para poder irte con él a casa.

En fin muchachotes y señoritas, eso es todo. Recordad que es un día en que todo el mundo quiere pasárselo bien, así que intentad evitar los malos rollos y no bebáis demasiado, si tenéis necesidad de emborracharos para ligar haceos los borrachos, vuestros amigos os lo agradecerán. Y si no creéis en Dios hacedlo por Òscar: no hagáis 12 chupitos en vez de 12 uvas: no queréis que lo primero que hagáis en 2011 sea potar.

Perdón si la entrada me ha quedado demasiado larga. Quizás este 2011 actualice más, si mi cerebro se anima un poquete. Un abrazo y feliz 2011 a todos.

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