Esto fue escrito el 22 de junio de 2006 cuando acabé primero de bachiller creo. Ayer acabé el curso, así que pego este cacho como conmemoración a lo divertida y adolescente que era mi vida en aquél entonces.

Instituto etílico del Rock and roll

Eran las 9 de la mañana y recién había acabado el curso. Estabamos en un paredón cerca del banco de la alegríaTM, bebiendo vodka cuales Boris Yeltsin. El plan era volver a entrar una vez cocidos. Después de un buen rato de petas y etanol, nos levantamos y nos dispusimos a entrar en el instituto. Solo recuerdo que tuve miedo al pasar por delante de los levantina, porque pedo como iba em podian pegar una paliza tranquilamente, pero al final no pasó nada.
La siguiente escena está muy borrosa, así que lo narraré lo mejor que pueda: perdí a Julia de vista, pero me encontré con arturo, que me dijo, en esencia, que me había restregado por encima de una mierda de paloma y que ecuchara una canción ke a mi me pareció euskera pero el dice ke no. Entré en el instituto a ver una especie de actuación. Esto es lo que está más borroso. Solo recuerdo tias levantandose tutús, con la palabra SEXO escrita en la espalda y no mucho más. Ganas de potar. Munchas. Salí del miniteatrillo donde ni siquiera sé como había llegado, me tropecé y casi me caigo, un profesor que no recuerdo me levantó, y le poté encima. Eché a correr por el pasillo, potando como pude, ensuciandome camiseta y pantalones. Llegué hasta el baño, donde acabé de potar (o eso creía yo). Recuerdo ke me pasó por la mente la fugaz idea de quedarme a dormir en el baño, para así no tener que dar explicaciones. Lo que hice fue pirarme corriendo. Corriendo significa dando tumbos, claro. Vi a cali, a josemanuel y a pepo jugando al basquet o al futbol, no recuerdo, y me piré de ahí. lo siguiente ke recuerdo es una mujer limpiandome la boca con un pañuelo, y luego yo despertando en el metro con pau cortés y vomitando. luego llegué a casa, me acosté y me desperté con una resaca mortal.

Un año más, había terminado el curso.

Mi historia de hoy tiene dos perspectivas diferentes. Se me ha ocurrido esta mañana, en uno de esos momentos en que abres los ojos de repente y de la misma manera los vuelves a cerrar para quedarte dormido. Y teniendo en cuenta que ha sido así, me sorprende gratamente poder acordarme para contarlo ahora.

La primera perspectiva es cuando tu y un amigo tenéis que ir a algún sitio y vais a perder el metro, y el muy hijo de puta está sobando desde hace tres horas. Tienes que despertarlo a toda costa, llegáis tarde, me cago en la puta Emi (por poner un ejemplo, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) despiértate. Le zarandeas, darías todo por no llegar tarde, porque este saco de mierda se levante. Genial. Ya está, ahora a meterle prisa para salir pitando.

El otro punto de vista es cuando estás teniendo un sueño profundo y magnífico, de esos que siempre se cortan de la manera más absurda posible. De esos que intentas reanudar con todas tus fuerzas cuando te despiertan. Quizás te hagan una perdida al móvil y te despierten de un gran sueño erótico, quizás alguien llame al teléfono o al timbre y te arranquen de estar volando por el skyline de Nashville. Quizás algún amigo te zarandee para despertarte porque no sabe que estás al borde del nirvana.

tititi, dormidina power. un abrazo.

Si bien la gente suele decirme que odio las cosas demasiado rápido, estoy seguro de que el name-dropping es una cuestión binaria: o lo practicas, o lo odias con toda tu alma. Es más, si estás leyendo esto y eres un name-dropper, no me da miedo decirte que eres un imbécil y deberías pudrirte en el infierno.

Dicho esto, pasemos a definir tan rocambolesco término, con ayuda de Urban Dictionary:

name-dropping

En una conversación, hacer referencia a algo o alguien que es popular o famoso con la intención de hacer saber a la otra persona que tú eres popular o famoso y que de hecho tienes amigos. El hecho descrito es normalmente mentira, o al menos exagerado. La mayor parte del tiempo el name-dropping se usa por gent que cree que es guay, pero no lo es.
Puede ser muy peligroso para la salud mental (y a veces física) de uno mismo.

Ahora releed desde el principio y veréis como todo lo que he dicho es cierto. Y no por ello menos odioso, basta con que alguien mencione alguna anécdota innecesaria y no-graciosa para perder muchos puntos de respeto, si tienes dos dedos de frente, y para ganarlos, si no los tienes. Uno de los problemas de esta mierda es que además, es retroactiva: cuando hace efecto, cuando alguien realmente siente envidia de la anécdota que se está contando, ese alguien exagerará algo posteriormente. Personalmente, cuando alguien hace esta basura empiezo a ver el pequeño hamster sin autoestima que intenta cobijarse en su corazón.

Huelga decir que no se aplica sólo a conversaciones, otros ejemplos son nicks de messenger (brutal la fiesta del sábado, esa stripper se fue contenta a casa!), poner en el top16 del myspace gente con la que nunca has hablado en realidad, etcétera. Horrible. Como esta entrada, por cierto.

No todo iba a ser jolgorio, aventuras y reseñas de delicias de otros mundos. Aunque no lo parezca, Òscar también es humano y últimamente está en la cuesta de final de curso, conocida por todos los universitarios (y estudiantes en general). Amadas semanas donde hay que entregar y estudiar todo lo que no ha sido entregado y estudiado a lo largo de todo un año. Un reto donde los peores se lo dejan, y los mejores no se duchan, no salen de su casa y por supuesto, no actualizan sus blogs.

Proximamente más.


La gente tiene una enorme inventiva cuando se trata de no dar ni un palo al agua. Desde el preocupado por empezar a quedarse calvo oficinista que finge una gripe para escaquearse de algún dia de trabajo o el universitario que dice que se queda en casa "para estudiar" hasta llegar a Emilio. Para librarse de todo un año de curso escolar, Emi dijo hace cosa de dos años que se iba a ir a vivir a Suecia.

Pero la verdad es que nunca se irá. Emi combina las tardes aletargadas y con esa sensación de idiotez que se te queda cuando duermes más de 12 horas con impresionantes noches inmerso en la flor y nata de la scene de la capital del Micalet Galàctic. Tardes de acosar a niñas por el messenger, guitarrear (de algo tendrá que ganarse la vida cuando se quede en la calle, y no como el rastafari ario que siempre está por plaza españa con su perro) y jugar a algún pasajero juego coreano se entremezclan con noches de ligoteo en clubes donde hasta hace poco no podía entrar legalmente. Y su vida le gusta.

Y por alguna extraña razón somos amigüelos desde hace como cinco años. Realmente no es extraño, teniendo en cuenta que por aquél entonces yo mostraba tendencias psicópatas y este pequeño argentino creía que sería más seguro hacerse amigo mío con tal de no ser pasto de mis ametralladoras imaginarias. Hemos perdido la virginidad juntos, nos hemos morreado, me vio los huevos una vez que jugamos al strip poker y somos casi casi primos hermanos. Es por eso que pongo una foto donde sale tan feo. Y porque me ha dicho que actualizara hoy. un saludou

Dentro de poco hará dos años que me inicié en los caminos de la magia, prestidigitación y demás cosas guachisorprendentes similares, y si bien mi nivel ha subido bastante (aunque siga cagándola a menudo), mi experiencia lo ha hecho mucho más. Es por esto que hoy quería hablar sobre las distintas reacciones que tiene la gente ante un efecto bien realizado, tanto en los juegos de manos como en dotes interpretativas/sociales.

Como las cosas se hacen más fáciles de leer si es por puntos, lo he dividido en siete grados, de más positivo a negativo:

+ Fascinación. El público se ve sorprendido por el efecto y acepta a su ejecutor como un puto crack. El mago se ve entre un mar de aplausos y sonrisas. Frases típicas son buah tio eres el puto amo y otras del estilo. El prestidigitador no puede evitar sonreír, disfruta haciendo que la gente disfrute. Ejemplo: la mayoría de la gente de metrovalencia.

+ Sorpresa. El truco hace efecto, el espectador se ve sorprendido y no puede esconder una sonrisa, pero seguramente no dirá nada al respecto, quizás por timidez o esperando un efecto más devastador.

+ Aceptación. Suele darse tras un rato largo de efectos o si el público conoce los rudimentos básicos de la magia. El truco ha salido bien, pero el espectador ya no se ve sorprendido, pues conoce cómo se hacen efectos más potentes. Frase ejemplo te ha salido bien pero... Ejemplos son Darío, André o Emi.

· Neutralidad. Odioso. Frustrante. Quizás hayas realizado un movimiento que te ha costado meses aprender a la primera, el efecto te ha salido de repanocha, mucho mejor que te lo esperabas. Quizás hayas metido un móvil dentro de un globo o hayas acabado con el hambre en el mundo: la reacción de la persona neutra siempre es la misma: ninguna. El espectador se queda callado, y aunque no se explica qué acaba de pasar, da igual, será algo trucado. Ejemplo: cuka D:

- Racionalización. Que conste que aunque con esta empiezan las reacciones negativas, no significa que sean menos gratificantes. Esta reacción es quizá, la más típica: el efecto ha sido realizado perfectamente, pero el espectador inventará alguna explicación rápida y absurda como lo has hecho con imanes. La persona ejemplo es casi cualquiera del carmen nocturno. Es agradable pues las explicaciones no tienen nada que ver con el verdadero proceso, pero a la vez repelente ya que el espectador se centra en intentar explicar el proceso en vez de disfrutar del efecto.

- Degradación. Quizá mi preferida. El efecto ha salido bien delante de un grupo bastante grande, y unas pocas personas sencillamente, no pueden aceptarlo. No pueden aceptar no estar siendo el centro de atención y no poder hacer magia por sí mismas, así que empezarán a intentar degradar al mago con frases enlatadas, buscando salvaguardar su ego de la manera más estúpida posible. Lo que no saben es que suelen incluso hundirlo más con frases como eso solo lo aprendiste para follarte a mi amiga (lo cual indica que es él quien quiere follársela, btw). Personas ejemplo: tíos en grupos con tías. Falacia ad hominem por un tubo.

- Intolerancia. "Da igual cuanto tiempo lleves practicando, tu no puedes saber hacer magia" es lo que suele pasar por las pequeñas mentes de esta gente. Afirmarán que la baraja está trucada aunque se les entregue y la comprueben tozudamente, quizás te arranquen la baraja de las manos antes de acabar el truco, o giren las cartas buscando joderlo. Cuando te topas con esta gente, lo mejor es irte. No aprecian tu magia, y tú no deberías apreciarlos a ellos. Suele tratarse de tías que creen ser las más listas divas del universo.

Enfin, me voy a clase que llego tarde. Un besico lectores.

Hace unas semanas estalló la alarma. Nada nuevo, si tenemos en cuenta que los grandes medios de comunicación funcionan a base de enormes titulares fáciles de leer y más de entender, información banal directa a nuestras máquinas de pensar. La crisis ya nos tiene curados de espanto, así que tuvieron que dar bombo a algo más gordo.

Qué tal una terrorífica enfermedad hipercontagiosa que ha matado ya a cientos de personas en Méjico, y por la cual la OMS ha puesto el nivel de alarma mundial al 5 sobre 6? Genial. Titulares confusos, alarmistas y con un horrible tufo amarillo. Tenían ya material para mantenernos entretenidos otro mes más de nuestras vidas, material para que no lleguemos a darnos cuenta de que ellos son el verdadero problema. Gente sana con mascarillas, gente sana yendo a hacerse análisis, gente sana temiendo por su vida. Los más intolerantes aprovecharon ya para decir que se deberían cerrar las fronteras con Méjico, sin tener en cuenta claro que es uno de los más grandes importadores de productos españoles.

Pero ya está pasando la moda de la nueva gripe, la que iba a ser la peor después de la gripe española de 1918. Y es que la gente ya está un poco "vacunada" contra estas pseudoenfermedades apocalípticas, ya está demasiado acostumbrada a ver vacas locas y gripes aviares como para creer que va a afectar realmente a nuestras vidas diarias. Los escasos titulares donde se decía que a los 2 días los primeros infectados españoles ya estaban bien, que ningún enfermo de gripe porcina en España está ya hospitalizado, al final han hecho efecto.

Esta gripe no tiene nada de nuevo: sistemas sanitarios privados e inaccesibles para los más desfavorecidos (no creo que en Méjico haya muerto nadie bien posicionado), empresas farmacéuticas dispuestas a crear enfermedades para luego maravillarnos con su cura a un precio desorbitado y medios de comunicación que les hacen publicidad. Su principal síntoma es la desinformación a nivel global. Su mayor peligro, la esclavitud a un sistema de consumo. Si me entra la gripe porcina, tomaré un par de frenadoles y días de cama. Lo que esos pobres mejicanos no pudieron tener.

Hay o puede haber en España todos los fascistas que se quiera. Pero un régimen fascista, no lo habrá. Si triunfara un movimiento de fuerza contra la República, recaeríamos en una dictadura militar y eclesiástica de tipo español tradicional. Sables, casullas, desfiles militares y homenajes a la Virgen del Pilar. El país no da para otra cosa.

- Manuel Azaña, 1932

En una de las callejuelas del corazón de la ciudad del Turia, y a espaldas del gran Jaume I, uno de los fundadores de la patria, hay escarbado un sobrecogedor habitáculo, singular más aún por su contenido.

A través de la ventana de tan extraño espacio, nos mira un seguidor de falsos ídolos que responde al nombre de Baig. Baig fue criado siguiendo las tradiciones turcas más arraigadas en Berlín: un código de vestimenta que rige adquirir todas y cada una de las prendas en la tienda rusa más cercana, ser un orgulloso portador de un estalinesco mostacho, y lo más importante: la ceremonia según la cual, cada miembro de su indefinible etnia debe abrir un Döner Kebab al alcanzar los 12 años de edad.

Los kebabs no se abren por meros motivos económicos. Abrir uno representa el deseo de encontrarse a uno mismo, de vivir en condiciones infrahumanas: un calor que derretiría la piedra negra de La Meca, un pestazo a exóticas carnes durante todo el día, y el hecho de que el único líquido a la vista sea un potingue extraño y blanco.



Y espero que Baig no encuentre nunca su animal del poder. En su viaje místico ha aprendido dos cosas. La primera y más importante, es hacer unos kebabs que podrían ser servidos en los más selectos rincones de cocina new age, y no dejarían insatisfecho a ningún paladar sediento de carne amarga y lechuga seca. Ahora en serio. Es imposible describir el sabor de un kebab, pero todos sabemos que algunos están buenos y otros no. Pues este es de los que sí. Además, su cercanía a tiendas de chinos donde pillar litronas orientales pasadas las diez de la noche (recomiendo el bar Fu Man, en la cercana calle de l' Estrela) lo hace un sitio idóneo para pre-botellones o pre-fiesta o whatever. Por cierto, el segundo poder de Baig es que si te mira a los ojos, no puedes evitar entrar y comprarle un kebab. Es ley de vida.

PS: Para los interesados, está por la salida trasera de la estación del norte, a la derecha, en una especie de plaza paralela a San Agustín. Bon appetit.

Es, después de que te caiga el champú en el pie, y de perder un metro por pocos segundos, una de las cosas que más desesperan al ser humano moderno. Es la franja horaria donde el hombre no sabe qué hacer con su libertad.

Por si no sabéis a qué me refiero (cuánto lo dudo), es esa sensación que viene los domingos (y a veces en días festivos) después de comer (como toda peli de sobremesa que se precie, pero peor). Ese ecléctico sentimiento de no quiero quedarme todo el puto día delante del PC combinado con el de cualquier plan que pueda surgir para hoy es una mierda. Lo que termina frustrando al individuo, que se dedica a preguntar por el messenger a sus contáctos qué puede hacer durante horas, hasta que anochece y el día se ha perdido. Si sale algún plan y -extrañamente- no es rechazado, será realizado con las menos ganas y la peor cara posible. Al final del día, la víctima sufre la sensación de haber perdido un día de su juventud más, haya hecho lo que haya hecho. Hay quien dice que es fruto del estar condicionados a trabajar y el aburrimiento que supone no hacerlo, pero la verdad es que es un coñazo.

Algunos agravantes dignos de mencionar son:

a) No haber salido la noche anterior (si sí que lo has hecho, la resaca no te deja pensar que te vas a aburrir).
b) Te da el bajón y además de no saber qué hacer estas tristón.
c) No hay c

Y para que veáis que no me lo invento yo, el hombre de negro dedicó una canción a este desasosegado día:



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